Plato sano, relativamente fácil de preparar y que, sin duda, repetiremos tras probarlo. Es refrescante, de sabor un tanto dulce y de color brillante, con una estética sencilla pero llamativa. Uno de sus ingredientes principales son las castañas de agua (mǎtí 马蹄, en chino, o water chesnuts, en inglés) –que realmente no son castañas, sino los bulbos de una planta acuática–. Este es un rico componente, ligeramente dulce y crujiente, muy utilizado en China; aunque no es fácil encontrarlo fresco en muchos países, podemos recurrir a su versión enlatada y obtener también un buen resultado.
Plato sano, relativamente fácil de preparar y que, sin duda, repetiremos tras probarlo. Es refrescante, de sabor un tanto dulce y de color brillante, con una estética sencilla pero llamativa. Uno de sus ingredientes principales son las castañas de agua (mǎtí 马蹄, en chino, o water chesnuts, en inglés) –que realmente no son castañas, sino los bulbos de una planta acuática–. Este es un rico componente, ligeramente dulce y crujiente, muy utilizado en China; aunque no es fácil encontrarlo fresco en muchos países, podemos recurrir a su versión enlatada y obtener también un buen resultado.
Preparamos el maíz dulce y los guisantes. Pueden ser ingredientes frescos, o bien maíz enlatado y guisantes congelados. En cualquier caso, ambos deben ser hervidos y escurridos.
Pelamos, lavamos y cortamos las castañas de agua en trozos de tamaño mediano.
Pelamos y lavamos las gambas (si son congeladas, descongelarlas y lavarlas). Las ponemos en un bol; agregamos el vino para cocinar, el almidón de guisante y sal. Mezclamos bien.
Calentamos aceite en el wok. Salteamos las gambas hasta que cambien de color; las sacamos y reservamos.
Volvemos a añadir y calentar aceite en el wok. Agregamos las castañas de agua, el maíz dulce, los guisantes, las gambas y sal. Salteamos en torno a 1 minuto y ya tenemos el plato listo. Servimos templado o incluso frío; al gusto de cada uno.